La
biografía de Herminia Borrell, podría dejar en mal lugar a muchas
novelas fantásticas o a los actuales culebrones de vidas azarosas y
piruetas existenciales.
Herminia
Borrell tuvo una vida azarosa e intensa. Propia de un guion de
novela.De luces y sombras, pero siempre con sello propio. Debió ser
una de esas personas que dejan huella y brillan con luz propia.
Cautivó
a Nubar Gulbenkian, hijo de un magnate armenio del petróleo y uno
de los hombres más ricos del mundo, con el que se casa en 1922 y
del que acabó divorciándose, siendo una de las primeras mujeres
españolas en romper de este modo sus lazos matrimoniales, y también
por cierto, la primera en tener permiso de conducir en España.
El
propio Francisco Franco,poco dado a hacer comentarios sobre mujeres,
llegó a definirla como “una mujer de bandera”. Ya en los años
20, un periodista dejaba en las páginas de diario coruñes “El
Orzán” el testimonio de la agradable impresión que le había
causado Herminia Rodríguez Feijóo Borrell “mujer arrogantísima,
bella, inteligente y elegante” en una fiesta de despedida antes de
regresar a Londres donde estudiaba y enamoró al hijo del jeque
armenio.
La Opinión Coruña
Solo
basta seguir un poco su huella por las hemerotecas para darnos cuenta
de su intensa biografía.Tenía sus raíces en Camariñas, en una
familia hidalga. Su padre encontró su porvenir en Cuba.
Aunque
la mandaron a Londres, nunca dejó de tener contacto con Galicia.En
1925 contribuye en dos colectas para niños coruñeses necesitados. Y
en 1927, como presidente honoraria del Deportivo de A Coruña entrega
un ramo de flores a los Reyes de España en su visita a tierras
herculinas.
Se
divorcia en 1928 y ya se engancha al tren de la sociedad local.
Monta en bicicleta y fuma, algo casi escandaloso en aquellos tiempos
para una mujer, por la mentalidad machista de la época.
Juega
el tenis en el Sporting Club y tiene una embarcación “Betty III”
atracada en el Club Náutico coruñes con el que Linares Rivas gana
alguna regata.Adquiere cuadros y disfruta de la vida a lo grande,
siempre presente en todo tipo de actos sociales. Siempre dejando
huella. Décadas de vino y rosas. De joyas y risas.
El
resto de su vida continúa con ese ritmo de diversión y altos
vuelos. Los periódicos la sitúan en la comitiva de Carmen Polo en
su visita en 1956 a Santiago de Compostela, procedentes del Pazo de
Meirás. Su hermano, Max Borrell, es el que enseña a pescar al
dictador Franco.
“Es
una dama coruñesa de singular personalidad” escribe cuando muere
en los años setenta, en La Hoja del Lunes. El británico The Times
destaca su belleza española en su necrológica según recordó hace
unos años el periódico La Opinión de A Coruña.
Pero
si al principio dijimos que era una vida de novela, el color rosa de
sus páginas se va tornando gris al final de su vida. La moradora del
Pazo de Sigrás, rodeada de perros, loros y otros animales vive en
soledad y aun (dicen) teniendo posibilidades económicas acaba
viviendo en condiciones más propias de seres desamparados que de una
mujer de la alta sociedad.
Más
información
La
periodista coruñesa María Victoria Fernández España (Victoria
Armesto) escribió en 1976, “Herminia”, que recoge la biografía de esta mujer.
Reportaje
de Isabel Bugallal en La Opinión en
este enlace
FOTO-
Cuadro Museo Bellas Artes- La Opinión
Hola,
ResponderEliminarno sé si me leerás, pero me gustaría saber la fuente de que Presidió de manera honorífica el Deportivo de A Coruña.
Acabo de terminar el libro de Victoria Armesto y no hace mención a ese hecho.
Si me lee, me encantaría llegar a conseguir la documentación gráfica o periodística de ese hecho.
Gracias